sábado, 31 de mayo de 2025

La evaluación del aprendizaje en el aula. Programa de Formación Docente

Hermosillo, Sonora a 31 de mayo de 2025. 

Como parte del Programa de Formación Docente de la Universidad de Sonora, del 28 de abril al 28 de mayo de 2025 se llevó a el cabo evento formativo Evaluación del aprendizaje en el aula, el cual realizó en línea a través de la plataforma institucional de formación docente.

Esta actividad corrió a cargo de la Coordinación de Formación Docente de la Dirección de Apoyo a Docentes, Investigación y Posgrado (DADIP) de la Universidad, y su programa se conformó por 40 horas de actividades para la formación del profesorado de modo autogestivo.

El objetivo central del curso se definió en términos de que el participante seleccione herramientas de evaluación de los aprendizajes en aula relevantes para la mejora continua de la trayectoria académica de los y las estudiantes de la universidad.

Su contenido se estructuró en tres módulos, en los cuales atendieron los siguientes aspectos: en el Módulo 1. Evaluación formativa sus retos y características, se analizaron los principios de la evaluación formativa, destacando la importancia que tiene el proceso de retroalimentación para el aprendizaje, revisando, en consecuencia, diversas consideraciones para mejorar los procesos de retroalimentación en el aula; en el Módulo 2. Elementos e instrumentos para la evaluación formativa, se revisaron los elementos básicos de la evaluación formativa y los principales instrumentos para llevar a cabo la evaluación formativa en el aula; finalmente, en el Módulo 3. Herramientas tecnológicas para la evaluación del aprendizaje, se abordaron los medios para evaluar el aprendizaje y su aplicación en la evaluación en línea.


La evaluación formativa

La evaluación del aprendizaje en este curso requirió de diferentes medios de evaluación, entre los que se consideraron, la lectura de los materiales de apoyo del curso, la revisión de material audio visual y el desarrollo de actividades en línea como la participación en foros en los que analizaron los trabajos elaborados durante el curso y se revisaron diferentes experiencias de aprendizaje de los docentes.

Buscando promover la evaluación formativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la universidad, se destacó la importancia que ella tiene en la generación de un aprendizaje significativo y en el desarrollo integral de los estudiantes. En ese sentido, se asumió que la evaluación formativa se define como “un proceso continuo y sistemático que permite al docente obtener información valiosa sobre el progreso de los estudiantes, con el propósito de adaptar y perfeccionar las estrategias pedagógicas en función de las necesidades identificadas.”

En esta línea de ideas, se resaltó la relevancia de llevar a cabo una retroalimentación descriptiva, sustentada en el manejo de una información detallada y específica del desempeño estudiantil, el reconocimiento de la sensación de logro y confianza, así como la importancia del compromiso de los actores participantes en ese proceso.

Con ello se precisa la identificación de áreas donde ajustar el aprendizaje, el monitoreo del proceso, el reflexionar sobre el aprendizaje, generar información constructiva para ver áreas y metas alcanzables; destaca el punto de que los maestros deben seguir permanentemente el progreso de los estudiantes, para ajustar la enseñanza y precisar estrategias que permitan impulsar las fortalezas, reconocer las debilidades y definir apoyos al alumnado. Cobra importancia incluir cono estrategias el desarrollo de habilidades y competencias del mundo real, promover habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la solución de situaciones reales mediante el trabajo colaborativo, así como el fomentar un aprendizaje útil a lo largo de la vida.


Formación, retroalimentación e instrumentos

El uso de la evaluación formativa para el fortalecimiento del desempeño de los estudiantes mediante la retroalimentación plantea que se lleve a cabo con precisión, de manera informada, oportuna y respetuosa.

El docente tiene la tarea de apoyar al estudiante para que mejore su aprendizaje. De esta manera, es preciso que el estudiante realice una autorreflexión, defina sus metas de aprendizaje a partir de lo que le proponga el docente, que luego lo compartan con sus pares, con sus profesores e, incluso en casa. El estudiante por su parte debe ser comprometido con lo que aprende y con lo genera a nivel de si dimensión social; el aprendizaje se asume como individual y social, el estudiante aprende con otros: expone ideas, recibe de otros y se desarrolla una retroalimentación mutua, es decir, se necesita llevar a cabo un trabajo cooperativo y colaborativo que enriquezca el aprendizaje individual.

En este proceso, se toman en cuenta tanto las competencias disciplinares, como las evidencias del aprendizaje, la retroalimentación, la coevaluación y la autoevaluación, el desarrollo de la competencia metacognitiva transversal, así como los ajustes derivados de la retroalimentación de la enseñanza.

De esta manera, se considera que la retroalimentación se constituye como “un aprendizaje en sí mismo y hay que enseñarlo”. Esto significa que el brindar retroalimentación conlleva acciones de lectura, análisis y puesta en práctica de aquello que se ha propuesto ajustar. Esta labor, por su parte requiere de constantes esfuerzos de valoración, planeación, comprensión y puesta en práctica. Actividades que se resumen en el llamado Protocolo S.E.R.: seguir haciendo aquello que está bien, empezar a hacer lo que se ha mejorado y revisar de manera constante para no incurrir en errores o bien para introducir ajustes de mejora.

Con el fin de hacer operativo este proceso, se planteó el análisis de dos instrumentos de evaluación y su aplicación en el aula y en ambientes virtuales: la lista de cotejo y la rúbrica. Su empleo requiere un esfuerzo de planeación en el que se defina qué evaluar, a dónde enfocarse y cómo evaluar. Estos instrumentos se consideran explícito, es decir, públicos y compartidos, en concordancia con el plan de estudios y programados para darse a conocer en determinados momentos del curso. Con ellos también se definen criterios de evaluación mediante los cuales se precisa qué mirar en la producción del alumno, cómo se comunica, cómo argumenta.  

La lista de cotejo se considera como una herramienta muy sencilla para “verificar el avance o el logro de nuestros estudiantes”. Su utilidad ya ha sido probada en la evaluación formativa, al igual que la rúbrica. La lista de cotejo es útil para confirmar el cumplimiento de tareas o aspectos concretos, por su parte, la rúbrica es relevante para evaluar el nivel de desempeño en tareas más complicadas; ambas brindan información clave y fomentan la mejora constante en la evaluación formativa.


Evaluación del Aprendizaje mediante la Rúbrica de un Ensayo en TEAMS. Vídeo




 

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