jueves, 24 de abril de 2014

UGOLINO. La fiera hambrienta frente a la razón y el amor

Hermosillo Sonora, Abril 16 de 2014.

Ciego, busqué sus cuerpos macilentos...
Tres días los llamé desatentado...
¡El hambre sofocó los sentimientos!
 
Dante Alighieri. La Divina Comedia
El Infierno — Canto XXXIII. vv. 75

Entre las sombras, arrastrándose entre los cuerpos yacentes de sus hijos, Ugolino expresa su desazón por la muerte de su progenie, un dolor profundo, tal vez, incluso, remordimiento, por la suerte que ha corrido en aquella mazmorra en la que, para sobrevivir, ha tenido que acudir a la carne de sus seres queridos, hijos y nietos, como alimento, cual perro cuyos ojos torvos denotan su naturaleza más bestial que humana.
 
El conde Ugolino, uno de los traidores de la patria, cuya historia es narrada en uno de los cantos más conocidos del Infierno de la Divina Comedia de Dante Alighieri, es el tema que Auguste Rodin escogió para sustituir la escultura de El Beso, que, en el complejo de sus Puertas del Infierno, La Porte de l'Enfer, resultaba una escena muy agradable y luminosa como para integrarse a su mayor proyecto escultórico. El drama de Ugolino della Gherardesca resultaba para Rodin un tema más propio dentro de aquel esquema dantesco; además, el tema del romance adúltero de Francesca de Rimini y Paolo Malatesta, sería incorporado al pie de la escultura de Ugolino en la composición Fugit Amor, conocida también como Paolo y Francesca. Encargado por el Ministerio de Arte y Cultura del gobierno francés en 1880, el trabajo de las Puertas, tendría como tema la Comedia de Dante, si bien, más adelante el mismo artista integraría otros temas derivados de la obra poética de Baudelaire (Néret, 1994: 11).
 
Durante el desarrollo de las Puertas, y como ocurrió con otras esculturas que Rodin fue incorporando a su proyecto, Ugolino y sus hijos fue sacado de su contexto para ser presentado como una escultura con características propias, cuyo tema y la composición misma ofrece al observador la posibilidad para la reflexión acerca de la naturaleza humana. Como parte de las Puertas del Infierno, nunca ocupó el lugar para el que se pensó, el Musée des Arts Décoratifs. A la muerte del escultor en 1917, el original en yeso se ubicó en el Museo de Orsay y tres originales en bronce se destinaron al Museo Rodin en París, al Museo del mismo nombre en Filadelfia y al Museo Nacional de Arte Occidental de Tokio. Otros ejemplares de la obra se encuentran en Zurich, Seúl, Shisuoka, Barcelona y en California. La escultura de Ugolino, también como parte del patrón de trabajo de Rodin, fue elaborada en varias dimensiones y materiales; la ubicación de estas obras es, por lo general, en las salas de los museos de todo el mundo. El Musée Rodin de Paris alberga en sus jardines una reproducción en bronce de 134 x 140 x 194 cm., versión tres veces superior a la de las Puertas, de 40.3 x 41.5 x 58.7 cm. Además del bronce y el yeso, la obra también fue elaborada en terracota.
 
Auguste Rodin. Ugolino. En las Puertas del Infierno. Entre 1882 y 1906
 
 Antes que Rodin, otros artistas plásticos abordaron el tema del encierro del Conde Ugolino; del siglo XIX se conocen varios trabajos sobre este tema. Johann Heinrich Füssli, pintor suizo (se le señala como simbolista, neoclásico y prerromántico), pintó en 1806 Ugolino y sus hijos muriendo de hambre en la Torre, donde se presenta a Ugolino sentado, sosteniendo en su regazo el cuerpo de uno de sus hijos, mientras que los otros meditan y sufren el tormento del hambre. El pintor inglés William Blake, perteneciente al movimiento simbolista, realizó hacia 1826 la pintura Ugolino y sus hijos en su celda, como parte de la ilustración que hizo de la obra de Dante; en dicha obra se ve al conde y a sus hijos exhaustos por el encierro y la falta de alimento, resignados a su tragedia y custodiados por dos ángeles que flotan sobre ellos. De este período también se encuentran los dos trabajos gráficos del italiano Francesco Scaramuzza que datan de 1859 y, por supuesto, los grabados del francés Gustave Doré quien ilustró la Divina Comedia de Dante, dedicando tres láminas al tema de Ugolino. 
 
Francesco Scaramuzza. Conte Ugolino. 1859
 
Sin embargo, la obra que más impactó a Rodin fue la majestuosa escultura de su compatriota Jean-Baptiste Carpeaux, Ugolino. Esculpida entre 1857 y 1861, la obra de Carpeaux fue admirada por Rodin durante su exposición, lo que lo motivó a acercarse a Carpeaux sin éxito.  Ambos artistas profesaban admiración y respeto por las obras de la Grecia clásica y del Renacentista Miguel Ángel: Carpeuax reconoció la influencia del Laocoonte griego y a la obra del florentino; por su parte, Rodin, era un admirador ferviente de la escultura de Fidias y de la del creador del David y el Moisés.
 
Veinte años después de que Carpeaux diera vida a su Ugolino, con el encargo de las Puertas del Infierno, Rodin tuvo el pretexto para recrear la tragedia del conde italiano. Realizó diversos dibujos preparatorios, buscando inspiración entre los antiguos; entre las ideas preliminares incluyó el presentar a Ugolino sosteniendo en sus piernas a uno de sus hijos, como lo hizo Miguel Ángel en la Piedad (imagen que también retomó Füssli).
 
Johann Heinrich Füssli. Ugolino y sus hijos muriendo de hambre en la Torre. 1806
 
El dramatismo es un elemento fundamental de las obras de los dos escultores franceses. Enmarcado en el movimiento realista, el trabajo de Carpeaux asume una estructura piramidal, teniendo la figura angustiada de Ugolino como centro de la composición a cuyos lados se agrupan los cuerpos de sus hijos y nietos, dos jóvenes aferrados al cuerpo del padre comparten su desesperación, los más jóvenes sufren los estragos de la inanición, uno de ellos desfallece acurrucado al cuerpo del conde. El conde Ugolino es impotente ante la situación que vive, se muerde las dedos como si quisiera que su cuerpo fuese su alimento y no el de sus hijos, como lo desean sus carcelarios y lo imploran de alguna manera los jóvenes que desena que su progenitor sobreviva al tormento, aun a costa de su propia vida. Es el momento previo en el que Ugolino decidirá su suerte, sabe que sus hijos están muriendo y él tendrá que optar por morir como ellos o salvarse con la carne de los jóvenes cuerpos. Es notoria la tensión del cuerpo del padre y la flacidez que presenta sus hijos moribundos. La naturaleza humana enfrenta el dilema en un mar de pasiones, el discernimiento es castigado al extremo por el dolor fraterno, pero también por el dolor material y vulgar que deriva del hambre. Parece que la luz puede imponerse a las sombras.
 
Jean-Baptiste Carpeaux, Ugolino. Entre 1857 y 1861
 
Cuando el escritor, periodista y crítico de arte Octave Mirbeau vio por primera vez las Puertas del Infierno en el estudio de Rodin, publicó, el 18 de febrero de 1885 en La France, un artículo donde describió su impresión sobre esa obra escultórica. Respecto al grupo escultórico de Ugolino, dijo que no había en la obra de Rodin nada más aterrador que la escena del padre arrastrándose como hiena entre los cuerpos inertes de sus hijos; reconoce que Ugolino se ha inspirado en el poema italiano, pero advierte que no es posible calcular la imaginación desplegada por el artista para disponer cada cabeza y cada cuerpo a fin de dotarlos de la expresión y actitud que envuelve la tragedia del grupo (Elsen, 1985: 123).
 
El Ugolino de Rodin ha sido modelado en un formato considerablemente menor que el de la obra de Carpeaux, sin embargo la impresión que provoca es terrible, más desgarradora que la de la obra de su compatriota. Los huesos sobresalen debajo de la piel del conde, con la boca abierta parece babear de hambre como una fiera salvaje que tiene a su merced los cadáveres en descomposición de sus hijos caídos. Como reflejo del modo en que Rodin trabaja los cuerpos de sus obras, el proceso de “ensamblado” de torsos, cabezas y extremidades hace más patética la imagen que nos ofrece de la tragedia del noble italiano caído en desgracia. Parece que Ugolino ya ha tomado una decisión. Las sombras se imponen a la luz. La fiera hambrienta se impone a la razón y el amor. Ugolino se ha despojado de toda dignidad humana.
 
Auguste Rodin. Ugolino. Entre 1882 y 1906
 
Referencias:
Alighieri, Dante. 1894. La Divina Comedia. Traducción en verso ajustada al original con nuevos comentarios. Buenos Aires: Editor: Jacobo Peuser.
Elsen, Albert Edward. 1985. The Gates of Hell by Auguste Rodin. Redwood City: Stanford University Press.
García Ponce de León, Paz. 2013. Rodin. Precursor de la escultura moderna. Madrid: LIBSA Editorial.
Néret, Gilles. 1994. “Auguste Rodin. Las pasiones humanas en bronce y en mármol”. Ensayo publicado en el libro Auguste Rodin. Esculturas y dibujos. Oldenburgo: Benedikt Taschen Editorial. Pp. 7-13.
The World of Dante: http://www.worldofdante.org/ : Rodin Works: Ugolino and his Sons

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