Hermosillo Sonora, Abril 1 de 2014.
Julio César Montané Martí nació en
Valparaíso, Chile el 4 de octubre de 1928. Falleció en Hermosillo Sonora,
México el pasado 26 de diciembre de 2013. Don Julio vivió 86 años.
Llegó a México en 1974 en compañía de su
esposa la artista plástica Helga Krebs Schmidt y de sus hijos el poeta chileno
Bruno Montané Krebs y el artista plástico y cineasta Álvaro Montané Krebs. En
diciembre de 1976 llegó a Hermosillo Sonora, ciudad a la que adoptó como
residencia.
El trabajo de Don Julio fue de arqueólogo e
historiador. Siendo reconocida su obra tanto en Chile como en México y en otros
países de Latinoamérica, así como en Estados Unidos. Fue autor de 14 libros y
más de setenta ponencias. Trabajó como profesor investigador en el Centro INAH
Sonora, y como docente impartió cursos en la Universidad de Sonora.
Todos los días a las siete de la mañana
acudía a sus clases de la carrera de Sociología. Fajado arriba del ombligo, con
sus calcetines coloridos, sus cabellos peinados hacia atrás rematando en su
blanca cola de caballo, siempre sonriendo y con sus ojos iluminados saludaba
afectuosamente: “ahhh, cómo le va mi querido amigo, aquí llegando a la clase, a
ver si tengo alumnos, a ver si no se me duermen…”, y sonriendo se despedía para
ir a dar clases en el segundo piso del Edificio 9B. Todos los días,
puntualmente.
Su arraigo en Sonora lo presumía con su
amplio conocimiento de este estado del noroeste de México: “Conozco a Sonora,
sus regiones y su gente mejor que muchos de los que nacieron aquí”. Como
académico comprometido con el desarrollo del conocimiento acerca de su entorno,
señalaba la falta de compromiso de muchos profesores y estudiantes
universitarios con sus disciplinas, con su país y con ellos mismos: “fíjate
como este güevon sigue presumiendo lo que hizo hace años, pero ya no ha hecho
investigación ni escrito otro libro”.
Gran orador, sus participaciones en el
Simposio de Historia siempre suscitaron el interés de los participantes; su
presencia en este evento era agendado con tiempo, sólo para escuchar y aprender
de Don Julio. Inteligente, agudo, polémico, documentado, con rigor científico,
siempre humano y respetuoso, ese era el discurso de Don Julio: “…si me piden
que comente sobre el tema, pues que escuchen mis argumentos, sé que hay cosas
que digo y que incomodan, pero así son las cosas, a menos que presenten sus
propios argumentos y que rebatan lo que les planteo”.
El 5 de noviembre de 2010 murió su esposa.
Don Julio lo resintió. Siguió su vida cotidiana, sin Helga. Luego hizo el viaje
a Europa, para estar un tiempo con sus hijos. A su regreso la Universidad de
Sonora honró su trayectoria académica en mayo de 2013. En septiembre, fue
homenajeado por la Sociedad de la Antigua California, en Ensenada, Baja
California, reconociéndose sus aportaciones a los estudios históricos de la
península. El 27 de diciembre, temprano, me llamaron por teléfono para decirme
que Don Julio había muerto el día anterior.
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