Hermosillo, Sonora a 12 de noviembre de
2021.
EL IMPERIO BIZANTINO. BIOGRAFÍA DE UN ESTADO ADMINISTRATIVO
OMAR GUERRERO
Presentación
Buenas tardes a la comunidad de la Universidad de Sonora y público en general presentes en este evento académico, parte del programa de la décima edición de la Cátedra de Administración Pública, que lleva el nombre del autor de la obra que hoy tenemos el honor de presentar, el Dr. Omar Guerrero Orozco.
En el seno del 79 aniversario de vida de nuestra alma mater, y a 43 años de la fundación de nuestro departamento, nos sentimos muy orgullosos de celebrar la décima edición de la Cátedra, que, como es de su conocimiento, se institucionalizó en acuerdo con el Dr. Omar Guerrero, y como agradecimiento del profesor por el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Sonora en reconocimiento a la brillante trayectoria académica del Dr. Guerrero.
A manera de preámbulo, quiero destacar que la obra que hoy presentamos, El Imperio Bizantino. Biografía de un Estado Administrativo, es un producto editorial del Seminario de Cultura Mexicana, el cual forma parte de la Colección Cuadernos del Seminario. Así también, resalto el hecho que ésta es la primera presentación pública de esta significativa obra, lo cual resulta un alto honor para todos.
El Seminario de Cultura Mexicana, como en las anteriores ediciones de la Cátedra, está representado por el Dr. Rubén Flores Espinoza, Corresponsal en Hermosillo de esta institución.
Al respecto, destaco que el Seminario de Cultura Mexicana, instancia creada en febrero de 1942 por acuerdo presidencial a iniciativa de la Secretaría de Educación Pública, se integra por destacadas personalidades de diferentes campos del conocimiento científico, de la cultura y las humanidades, quienes mediante conferencias, seminarios y talleres comparten su conocimiento y experiencia con públicos de las diferentes entidades del país.
De acuerdo con su Ley Orgánica, el Seminario se integra por veinticinco miembros titulares, que en conjunto forman el Consejo del Seminario, su máxima autoridad. En el artículo 4 de este referente institucional se asienta que el cargo de miembro titular es “otorgado a mexicanos por nacimiento que se hayan distinguido en labores de creación e investigación”.
Forma parte de este selecto grupo de intelectuales el Dr. Omar Guerrero Orozco, quien nos distingue con la presentación de ésta su más reciente obra: El Imperio Bizantino.
La rica obra de Omar Guerrero
La amistad que Omar Guerrero tiene con la Universidad de Sonora data ya de varias décadas. Coincidiendo con el Instituto Sonorense de Administración Pública, tuvimos la oportunidad de promover, en la década de los noventa, actividades académicas donde el Dr. Guerrero nos brindó, como es costumbre, magníficas conferencias, seminarios relevantes, así como la presentación de algunas de sus obras. El contacto con la Universidad ha sido constante hasta estos días.
En uno de esos encuentros con el Dr. Guerrero fue cuando se autodefinió como arqueólogo de la Administración Pública, dado su muy marcado interés por recuperar el pasado de esta disciplina, acudiendo a obras desconocidas para el público en general e, incluso para los conocedores de la materia, y analizando temas poco atendidas en nuestro ámbito de conocimiento.
En la novena edición de la Cátedra que celebramos el año pasado en esta misma modalidad en línea, el Dr. Guerrero recordó cómo fue su encuentro con la obra de quien hoy conocemos como el Fundador de la Administración Pública en el mundo moderno, Carlos Juan Bautista Bonnin; en aquel momento presentábamos el opúsculo Charles-Jean Bonnin en el Siglo XXI.
No hace mucho tiempo, ante el éxodo de queridos profesores hacia la tranquilidad que les ofrecía su proceso de jubilación, el mismo Dr. Guerrero cuestionó esta situación alegando la “juventud” de quienes realizaban sus trámites de retiro y la necesidad de seguir haciendo aportaciones a la labor universitaria, y favorecer la formación de los estudiantes y contribuir al desarrollo de la entidad y el país.
El profesor comentó que, en su caso, ya se había fijado transitar a otros temas de estudio, pues quería descansar y sentía que su obra en el campo de la Administración Pública contaba con una suficiente colección de trabajos. Cuando le pregunté qué libros, además de los de la disciplina, capturaban su atención y que le servían de descanso, el maestro respondió que se concentraba en temas históricos, particularmente de la región mediterránea en la que se apreciaba la presencia de diferentes culturas de los continentes europeo, asiático y africano. Y precisó, “disfruto observar cómo se desarrollaron los Estados de esa región y la manera en que se constituyeron en referentes del avance de las civilizaciones.”
Y bueno, aquí estamos presentando la nueva obra del Dr. Guerrero. Como decimos, en los últimos años “ha descansado haciendo adobes”. Para dejar constancia, de ello es que en las diferentes ediciones de esta Cátedra hemos presentado los resultados del trabajo investigativo del maestro. Además, cabe señalar que, en el invierno de 2019, se presentó en el Auditorio del Departamento su obra El pensamiento administrativo en la Turquía Otomana. Como se ve, ha cumplido con su propósito de descansar y disfrutar analizando el objeto de estudio que se fijó. Hoy nos entrega El Imperio Bizantino. Los dos lados de una misma realidad.
La obra de Omar Guerrero se integra por libros, capítulos de libros, opúsculos y artículos en revistas especializadas, donde aborda diversos temas sobre la teoría de la Administración Pública; también ha dedicado su trabajo de investigación al estudio de la administración pública mexicana; de igual manera su interés lo ha llevado a publicar acerca de los problemas y asuntos contemporáneos de la administración pública; de manera particular, ha centrado su atención en la manera en que se constituye y funciona el servicio civil de carrera.
En la perspectiva que cultiva el maestro, la antropología administrativista, ha rescatado para todos nosotros, y hoy son libros de obligada consulta en las universidades, la obra de clásicos como el máximo exponente de la Ciencia de la Policía, el alemán Juan Enrique Von Justi; el padre de la Administración Pública en la era moderna, el francés Carlos Juan Bautista Bonnin; el primer autor en lengua castellana que publicó en nuestro continente sobre la disciplina, el colombiano Florentino González; el autor más reconocido de la Administración Pública en Alemania, Lorenzo Von Stein; el destacado escritor administrativista del siglo XIX en Chile, Hermógenes Pérez de Arce; así como la magnífica obra del italiano Carlo Ferraris. Por cierto, esta obra publicada bajo el sello de la Universidad de Sonora.
La biografía de un Estado administrativo
Como lo apunta el Dr. Guerrero en la introducción y el prólogo del libro, la obra trata de la biografía de un Estado administrativo, el Imperio Bizantino. Destaca el sentido esencial de todo Estado, su carácter administrativo, condición sine qua non de todo Estado.
En esta tarea, el Dr. Guerrero nos presenta una obra conformada por ocho capítulos. El primero dedicado a una brillante exposición sobre el origen, desarrollo y decaimiento del Imperio Bizantino, en esta revisión de su figura histórica, la contextualiza en un mundo cambiante que, desde el año 330, cuando Constantino inauguró la nueva capital del impero, hasta el año 1453 cuando concluye el imperio bizantino, es decir poco más de 11 siglos, con precisión 1,123 años y 18 días, existe la constante de un imperio con altibajos que trasciende en el tiempo y que incide profundamente en la vida de países como de individuos en las distintas épocas que comprende su señorío.
En el segundo capítulo se aborda la configuración del Estado Bizantino, del Estado administrativo, el cual fue configurado entre los años 330 y 518, teniendo como referente la operación que había tenido durante el imperio romano y que paulatinamente asumió rasgos propios. En ese proceso se desprendió de los residuos de su contraparte occidental, conformándose como un Estado imperial altamente centralizado con una administración igualmente centralizada y teniendo como fuente normativa una sola voz, la del emperador de Bizancio concentrado en Constantinopla y protegido por del derecho divino del emperador. La indivisibilidad del Estado y la Iglesia potenció sobremanera la figura del emperador.
La administración pública del imperio se analiza en el capítulo tercero, destacando el Dr. Guerrero que, a diferencia de la definición que se tiene en el mundo moderno occidental acerca de una administración impersonal, en Bizancio esto ocurre con una diversidad de cargos unipersonales vinculados en un complejo entramado jerárquico y funcional, lo que, a decir del autor, la volvió más institucional. La orientalización de la administración bizantina dio pie a su desprendimiento de la tradición romana, pasando a una más similar a la griega. Esta forma de organización se caracterizó por el reconocimiento de dos cuadros fundamentales para la supervivencia de todo Estado, el ejército y el cuadro administrativo profesionales. Surgieron así gobiernos militares y administrativos, los themas, que le dieron funcionalidad a la administración de las provincias, pero sujetos al poder del emperador. La profesionalización de ambos cuadros resultó en el éxito de la administración bizantina en su tránsito hacia el medioevo. La administración estuvo altamente centralizada, conjugando el derecho y los principios de la Iglesia Ortodoxa, lo que dio a la administración bizantina una imagen de inmutabilidad, si bien, como lo apunta el autor, fue una administración que se supo ajustar a los tiempos mediante diferentes reformas.
Omar Guerrero apunta que el palacio fue el foco de la gestión de este régimen. Precisamente, la administración palatina es el tema que aborda en el cuarto capítulo. Una administración caracterizada por la eficiencia en sus procesos de gestión como de ejercicio en el ámbito financiero y de acuñación de moneda, así como en la regulación mercantil. El palacio fue centro de formación de cuadros como de divulgación de nuevas leyes. Desde allí se nombraban los funcionarios que ocupaban los altos cargos de gobierno, incluso los eclesiásticos. Entre la corte se cultivaba, desde el Hipódromo, el sentido de lealtad plena, el de pertenencia y subordinación al imperio.
En el capítulo quinto que nos habla de la Administración Social, Omar Guerrero nos presenta una interesante rama de la administración pública bizantina, la dedicada a la política social y a la economía dirigida por el Estado. El intervencionismo estatal se expresa en dos dimensiones, en la filantropía, herencia del helenismo, como sentido activo de benevolencia en apoyo a la población desprotegida, como “una manifestación de voluntaria de consideración humana”. La filantropía no sólo se consideraba deber del Estado, sino que se asumía como una práctica también de los particulares, siendo uno de los mejores rasgos de la civilización bizantina, en palabras del profesor Omar Guerrero. Por su parte, la economía dirigida por el Estado se constituyó en un puntal de esta administración social, pues a partir del centralismo de la administración bizantina se definió el centralismo de su actividad económica, sustentada en un fuerte control tanto político como moral, es decir, por parte del Estado responsable del abastecimiento de las ciudades, como por la Iglesia que consideraba a la competencia como origen de las luchas fratricidas.
En Economía y Sociedad, Max Weber dijo que Bizancio se caracterizó por la acumulación hierocrática de tierras, lo que permitió conceder una sagrada inviolabilidad a la posesión del suelo; incluso, la fundación bizantina de conventos permitió la acumulación de tierras por parte de la Iglesia. Precisamente de estos beneficios nos habla Omar Guerrero en el capítulo sexto de la obra, donde nos habla de la Nobleza Administrativa durante el imperio. Nobleza que al acumular cargos administrativos participó activamente en los deberes de Palacio y en otros espacios de gobierno. De manera detallada, el profesor nos brinda la oportunidad de conocer la manera en que se accedía a los cargos ostentados por la nobleza, su ascenso en la jerarquía, la acumulación de títulos y la manera de heredar los cargos.
El Dr. Guerrero cierra su trabajo con sendos capítulos referidos a la Jerarquía Administrativa y a los Funcionarios Públicos. De manera precisa se nos presenta la organización de la administración bizantina, la manera en que se conferían los títulos, unos de manera vitalicia y otros asociados al cargo y transferibles; de igual forma se expone el sistema de precedencias en la ocupación de cargos; se presenta el Tratado de los Oficios; se describe la tipología de funcionarios; la manera en que se ingresaba al cargo y sobre la formación profesional de los funcionarios, así como de la carrera administrativa.
Cierre del comentario
Al final del libro el Dr. Omar Guerrero nos presenta tres anexos, Emperadores y dinastías en Bizancio, donde se listan los nombres de los gobernantes, desde Constantino I, el Grande, hasta Constantino XI, último emperador de Bizancio; Dignidades y Cargos en la Administración Pública Bizantina, que presentan los cargos del Estado e Iglesia en el Imperio Bizantino, así los cargos de la administración pública en sus diferentes ámbitos de competencia durante los diferentes siglos que duró el Imperio; finalmente, Efemérides, desde el año 324 cuando inicia la construcción de Constantinopla, hasta 1461 año en que ocurre el triunfo del imperio Otomano sobre el último terreno bizantino., ocho años después de la caída del Imperio.
Se trata de una obra completa, de una biografía que nos perfila al Estado Bizantino y su administración. Que analiza causas y consecuencias de la activa presencia del Imperio Bizantino por más de once siglos. Que nos habla de su trascendencia para el mundo occidental como para oriente. Que presenta el antecedente inmediato del Renacimiento occidental en cuanto a su filosofía, cultura, arte y manera de definir su forma de gobierno y administración. Es una obra ampliamente recomendable.
A manera de conclusión y reconocer la importancia del personaje central de la biografía que nos presenta el Dr. Omar Guerrero Orozco, destaco que la permanencia del Imperio Bizantino a través del tiempo, como se observa en la obra, responde a la activa y eficiente presencia de dos instituciones vitales de la modernidad occidental: un ejército altamente profesional y una administración con amplias capacidades.
Un siglo después de la caída del Imperio Bizantino, el insigne florentino, a principios del siglo XVI, afirmó en su magna obra El Príncipe: “digo que considero capaces de poder sostenerse por sí mismos a los que, o por abundancia de hombres o de dinero, pueden levantar un ejército respetable y presentar batalla a quien quiera que se atreva a atacarlos; y considero que tienen siempre necesidad de otros a los que no pueden presentar batalla al enemigo en campo abierto, sino que se ven obligados a refugiarse dentro de sus muros para defenderlos.”
Y más adelante sentenció: “No es de poca importancia para un príncipe la buena elección de sus ministros, los cuales son buenos o malos según la prudencia de que él usó en ella. El primer juicio que hacemos, desde luego, sobre un príncipe y sobre su espíritu, no es más que conjetura; pero lleva siempre por fundamento legítimo la reputación de los hombres de que se rodea este príncipe. Cuando ellos son de una suficiente capacidad, y se manifiestan fieles, podemos tenerle por prudente a él mismo, porque ha sabido conocerlos bastante bien y sabe mantenerlos fieles a su Persona. Pero cuando son de otro modo, debemos formar sobre él un juicio poco favorable; porque ha comenzado con una falta grave tomándolos así.”
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