Hermosillo Sonora. Mayo 8 de 2015.
El Artista
Nikolay Blokhin nació en San Petersburgo, Rusia, en 1968.
Es profesor de dibujo en la Academia de Arte de San Petersburgo (conocido como
Instituto San Petersburgo Ilya Repin), donde labora desde 1995. En esa misma
academia es donde realizó sus estudios de arte.
Es miembro de la Unión de Artistas
Rusos (RAU), de la Federación Internacional de Artistas (IFA), de la Sociedad
Americana de Artistas del Retrato (ASOPA) y de la Sociedad del Retrato de
América (PSA).
Blokhin es considerado una de los
más talentosos artistas de Rusia. Se le reconoce como el mejor retratista ruso
de la actualidad. Su obra forma parte de colecciones de museos,
galerías y de coleccionistas privados europeos. Su éxito fue inmediato en
Estados Unidos cuando se le introdujo en 1991.
La Obra
Ruiseñor el Ladrón es un dibujo preparatorio para pintura.
Fue elaborado con una mixtura de pastel-conté suave negro (sauce crayón)
en 2009. Sus dimensiones son de 91.44 x 71.12 cm. La pintura
definitiva se realizó en 2011, empleando óleo sobre lino. Se observa un fuerte
de nivel de iconocidad, debido a la
representación normativa y estructurada de la figura humana; mediante el uso de
medios mínimos de expresión (silueta, tonos, líneas y gradaciones), se presenta
un dibujo expresivo de manera realista, definido con precisión, pero con
sutiles inacabados.
Análisis del dibujo
Trazando las líneas medias y diagonales, se puede
determinar la estructura interior de esta obra y los elementos de la
composición, es decir se construye un mapa
estructural del dibujo de Blokhin.
El espacio plástico en el que se presenta
la obra define un formato horizontal
o frío. La figura o forma
representada también tiene una orientación horizontal o fría. De acuerdo con
los ejes trazados, se notan aspectos de simetría
teniendo como punto central el tronco del hombre, repartiendo simétricamente
las otras partes del cuerpo (con ligera orientación hacia la izquierda del
dibujo, desde la vista del observador); aunque tal simetría pudiera suponer
cierta rigidez en la composición, no resulta así por el dinamismo que opera en
la figura mediante el arqueo y disposición de sus extremidades.
Por la
distribución de las partes del cuerpo, se observa un equilibrio axial (tanto en el eje vertical como en el horizontal
–aunque ligeramente cargado hacia la izquierda-), radial (el tronco es el
centro y los demás elementos se distribuyen equidistantes en los demás tercios,
con ligera orientación hacia la izquierda) y oculto (presente en el equilibrio
dinámico plástico de la manera en que se ha dispuesto la figura en el espacio).
Se trata de un equilibrio dinámico en el que el artista enfatiza el peso visual
del cuerpo del personaje, la disposición del tronco y extremidades, y la
intención de desplazamiento sinuoso del personaje.
Siguiendo
la Ley de los Tercios, se observa que
el peso de la figura está equilibrado
en los cuatro puntos de interés que se forman con el cruce de los ejes
trazados; el tercio central concentra la masa corporal y por lo tanto el peso visual, de esta manera en dicho
tercio se produce una relación de estabilidad-inestabilidad cuyo equilibro lo
da la distribución simétrica de los elementos y la posición de soporte que
ofrecen el brazo y la pierna derechos.
Los aspectos de la composición
plástica que se observan en el dibujo son su idoneidad compositiva y su simplicidad, que lo hacen sumamente
atractivo a la vista. Otro factor que se observa es su orden visual, el cual, concretamente definido en la figura del
personaje, se manifiesta en la tridimensionalidad y profundidad que le otorga
el manejo de las líneas y el juego de luces y sombras, en la organización
perceptiva de un cuerpo humano que se desplaza con sigilo en cuclillas con un
equilibrio bien estructurado, así como en el manejo de los acentos o
constancias que el pintor emplea de manera magistral en los acentos de valor.
También, dentro de la simplicidad de la imagen,
ésta ofrece posibilidades de significación,
resultado de lo que el artista quiere expresar con la imagen contraída en
desplazamiento y con el acto de silbar que el personaje realiza, tal vez, para
alertar a sus compañeros de andanzas. El dinamismo
plástico de la figura es inmediatamente observable, esta es una de las
características de los personajes de Blokhin. Se observa, finalmente como una composición pensada, equilibrada, integral,
y no como una adición de elementos; incluso al trasladar este proyecto a la
pintura, los elementos agregados por el artista respetan esta cualidad, dándole
a la obra final mayor sentido plástico y
semántico.
El peso compositivo se ubica en el tercio
central de la obra, se acentúa la figura humana, sin destacar ninguna de sus
partes (la perspectiva lineal empleada no es muy marcada, lo cual no permite la
representación por tamaño entre elementos cercanos y lejanos). El peso visual se observa en el acento por valor, específicamente en la
figura humana, mientras que el entorno apenas ha sido delineado en cuanto al
risco en el que la figura se ha posado.
Al observar la figura
humana se pueden identificar líneas
horizontales en su composición. Sin embargo, se puede ver un recorrido visual que se desprende desde
la rodilla izquierda, que se coloca por encima del resto del cuerpo, siguiendo
una diagonal descendente de derecha a izquierda (desde la vista del observador),
hasta donde se ubica el antebrazo que soporta el peso del cuerpo. Se produce
así un ritmo decreciente inverso
producido por el desplazamiento de la figura. El espacio o entorno en el que se
ubica la forma es neutro, sólo se ha delineado un risco en el que se posa el
personaje; en la pintura derivada de este dibujo el artista enriqueció el
entorno circundante.
Conclusión
Revisando el resto de la obra de Blokhin, se puede
decir que su personalidad se expresa de manera directa en el dibujo Ruiseñor
el Ladrón. Forma parte de la
llamada serie rusa en la que el
pintor ha incluido personajes y tradiciones de su pueblo.
Su
estilo es fuertemente icónico. Siguiendo a los maestros clásicos, su dibujo es
natural, directo, sencillo, sin complejidades, pero sumamente integral y
estructurado. En este caso, Ruiseñor
el Ladrón es un dibujo
preparatorio para una posterior composición de pintura; es evidente el trato
fidedigno que da a sus dibujos en su obra pictórica.
La
composición analizada es muy libre, dinámica, con ritmo y matices en su acento
por valor; esto no le resta el cuidado que ha puesto el autor en su equilibro,
fuerza plástica y en la precisión y manejo de las líneas y tonos.
Al sentido plástico de la obra del artista ruso, hay que
agregar el sentido semántico que logra, identificando el carácter y psicología
del personaje y la expresión corporal que lo distingue en su profesión y como
el “Ruiseñor”.
Fuentes:
Nikolay Blokhin. Portales del Artista:
Portal: Drawing Academy. Learn How to Draw whatever You See or Imagine
Mtra. Ana Marcela
García Figueroa, Elementos de la Composición Plástica. Diapositivas
del curso Dibujo VI. Licenciatura en Artes Plásticas. UNISON.
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