Hermosillo Sonora, Julio 29 de 2013.
En 1808 se publicó en París Francia la obra de Charles-Jean Baptiste Bonnin: “De la importancia y necesidad de un código
administrativo”, documento base de sus Principios de la Administración
Pública.
Hablar de la obra de Bonnin es hablar sobre el trabajo
fundacional de nuestra disciplina. Representa lo que para un economista puede
tener de significativo el trabajo de Adam Smith, o el de David Ricardo, o el de
Karl Marx.
Producto de la brillante pluma de Carlos Juan Bautista
Bonnin es el libro con el que nace la Ciencia de la Administración, la Administración
Pública.
A quien debemos reconocer como el fundador de
nuestra disciplina, como el padre de la Administración
Pública es Carlos Juan Bautista Bonnin. No lo son Frederick Taylor con su teoría de tiempos y
movimientos, ni Henri Fayol -compatriota de Bonnin- con su teoría del proceso
administrativo. Ambos produjeron, sin duda, obras significativas para
comprender el trabajo técnico y administrativo al interior de las
organizaciones. Pero su preocupación se centró en sistematizar el trabajo y
hacer más productivas a las empresas, por ende, lograr que las empresas logren
mayores beneficios económicos y reduzcan sus costos, como es el caso de las
empresas productoras del acero en donde, cada uno por su cuenta y en su
respectivo país, trabajaron como ingenieros.
Bonnin no analiza los procesos que preocuparon a estos
dos autores. El centro de su atención es la administración pública, la
administración que es, según sus propias palabras, “el gobierno de la sociedad”.
El gobierno cuya preocupación es el bienestar general de la sociedad, no el
interés particular. Cien años antes de los trabajos de Taylor y Fayol, Bonnin
definió y analizó los principios fundamentales que sustentan la Administración
Pública.
Aunque poco sabemos de Bonnin, son los conceptos e ideas
comprendidos en su obra los que lo presentan como un hombre de la ilustración
francesa, miembro de esa intelectualidad que concibió la necesidad de
transformar radicalmente la sociedad de su tiempo y a su gobierno.
Bonnin fue un convencido liberal y
republicano, no en vano, aunque reconoce el mérito del trabajo de Juan Enrique
Gottlobs Von Justi, cuestiona a éste en el sentido de que sus “Elementos
generales de policía” es una obra sobre la administración pública del antiguo
régimen. Tocará, entonces, a Bonnin, construir la administración del Estado y
la sociedad en la época moderna.
Liberté, égalité et fraternité, el lema de la revolución
francesa, también forma parte del sustento intelectual de los Principios de
Administración Pública. La libertad, la igualdad y la fraternidad se encuentran
en la concepción de Bonnin.
Para cambiar su mundo, un mundo convulsionado por la
violencia revolucionaria, Bonnin sumará la legalité, la legalidad, por ello su
insistencia en el estatuto, en el código administrativo que sirva para dar un
nuevo rumbo, ordenado y funcional, al trabajo del gobierno y su relación con
ciudadanos libres, iguales y fraternos.
Hoy podemos decir que la obra
de Bonnin es un clásico de las ciencias sociales. El principal clásico de la Administración
Pública. Como tal, perdura en el tiempo y se constituye en
una fuente importantísima para la comprensión de la administración pública y su
acción ante la sociedad. Se renueva cuando la leemos y releemos, cuando la
empleamos como fuente primaria para definir la función de los organismos y
servidores públicos, cuando la recreamos en el aula y la transmitimos a las
nuevas generaciones de estudiantes.
Charles-Jean Baptiste Bonnin
Padre de la Administración Pública
(Video)
Excelente, muy bueno, gracias.
ResponderEliminarArturo una pregunta. En la carrera de administración me piden a los personajes de la administración publica. A quiénes pudo incluir?
ResponderEliminarNo pongas a nadie!
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