Hermosillo, Sonora a 11 de noviembre de 2022.
Conferencia presentada en la Cátedra
de Administración Pública Dr. Omar Guerrero Orozco 2022, en la Mesa de
Análisis: El Cameralismo y la Ciencia de
la Policía. Renacimiento de un campo del saber. Actividad realizada el 10
de noviembre de 2022, a las 16:00 horas, en el Auditorio Gilberto Gutiérrez
Quiroz de la Universidad de Sonora.
Primer acercamiento
El Cameralismo es el nombre con el que, en general, se le conoce a lo que en su época fue reconocido como un campo de conocimiento científico que atendía diversos problemas de interés para los gobiernos. Desarrollado particularmente en los territorios germánicos, constituyó un conjunto de conocimientos, prácticas y valores que sirvieron a los monarcas absolutos en la consecución de los fines gubernamentales.
El Cameralismo tiene su origen en la institución medieval de la Cámara, die Kammer, instrumento utilizado por los gobernantes para custodiar y administrar el tesoro del reino. Con el tiempo ese instrumento fue perfeccionado a grado tal que se constituyó en la base financiera para impulsar el desenvolvimiento de los sectores productivos, mejorar las condiciones de vida en el campo y en las emergentes urbanizaciones, así como dar seguridad y protección a los súbditos.
El Sacro Imperio Romano Germánico es el ámbito territorial en el que se origina y tiene vigencia el Cameralismo. Como tecnología al servicio del poder, pero también como ámbito de estudio del cual devinieron planteamientos teóricos dirigidos a la comprensión de aquellos elementos necesarios para el fomento económico y social, así como para el ejercicio de la política.
El Cameralismo está presente de manera plena en los siglos XVII y XVIII, incluso su papel sigue vigente aún en el siglo XIX. Así lo reconoce Lorenz Von Stein, quien concibe el Cameralismo como el antecedente de la Ciencia de la Administración, de la Administración Pública.
Se trata de un conocimiento acerca del
quehacer gubernamental practicado de manera consciente, bajo el influjo de
métodos, procesos y técnicas que ayudan a la acción profesionalizada de sus
practicantes, de los futuros burócratas en el sentido propuesto por Weber.
Recuperación
El conocimiento de esta ciencia y práctica gubernamental fue recuperado a principios del siglo XX por el sociólogo norteamericano Albion Woodbury Small en su obra de 1909 Los Cameralistas. Pioneros de la Política Social Alemana. Obra trascendental en la medida que el autor nos presenta el origen y sentido de este modo de hacer gobierno y nos acerca a los planteamientos de sus principales representantes.
Igual de significativa como referente es la obra de Kurt Zielenziger Las viejas listas de cámaras alemanas. Un aporte a la historia de la economía nacional y al problema del mercantilismo, libro dado a conocer cinco años después, en 1914, en Jena. Su interés es el estudio de los antecedentes de la Ciencia Económica contenidos en los principios del mercantilismo y el Cameralismo, los cuales fueron materializados por el cameralista, el nuevo servidor público dotado de las capacidades requeridas para dar cumplimiento a dichos principios.
Debemos al reconocido jurista español Luis Jordana de Pozas el primer trabajo en lengua castellana en la que se nos introduce al Cameralismo y la Ciencia de la Policía. En su trabajo de 1944 Los cultivadores españoles de la ciencia de la policía, Jordana de Pozas nos brinda un detallado análisis de este campo de conocimiento y su trascendencia más allá de las fronteras de los países germánicos, concretamente el desarrollo de la Ciencia de la Policía en España.
Veinte años después, siguiendo la línea trazada por Jordana de Pozas, Don Mariano Baena del Alcázar dará relevancia a los estudios cameralistas y de la policía en su trabajo Los estudios sobre Administración en la España del siglo XVIII, publicado en 1968.
Los mexicanos tenemos el honor de
contar con la obra en lengua castellana reconocida como la más completa sobre
el estudio de las Ciencias Camerales: Las Ciencias de la Administración en el
Estado Absolutista, publicada en 1986, de la autoría del Dr. Omar Guerrero
Orozco. En ella, el autor nos lleva de
la mano para entender la forma de organización cameral, la formación del
pensamiento cameral y la presentación de su cátedra para la profesionalización
de los servidores públicos, así como la propagación de estas ideas allende las
fronteras germánicas, hacia Francia, España y en el nuevo continente.
Dos referentes singulares
Valga hacer un paréntesis para patentizar la relevancia de las ideas y la práctica Cameralista, trayendo a colación a dos intelectuales de primera línea.
En primer lugar, al escocés Adam Smith, conocido como el padre de la Ciencia Económica y quien en 1763 publicó sus Conferencias sobre justicia, policía, ingresos y armas. Siguiendo las enseñanzas de Filosofía Moral de su profesor Francis Hutcheson en la Universidad de Glasgow, Smith se da a la tarea de exponer sobre el ejercicio de la moral práctica contenida en el cuidado y en hacer prevalecer la justicia, atender las labores relevantes de los gobiernos en materia de defensa y seguridad, así como de las finanzas del Estado, y, por supuesto, la implementación de la Policía, es decir, de la administración pública absolutista.
Con el tiempo, el mismo Smith impartiría cátedra de estas materias en su alma mater.
En el siglo XX se tienen los trabajos del filósofo francés Michel Foucault. En su obra fundamental Vigilar y Castigar, Foucault reconoce como ejemplos del ejercicio del poder en su forma más acabada el ampliamente referenciado Panóptico carcelario ideado en el siglo XVIII por el filósofo inglés Jeremy Bentham, esa prisión donde el poder se expresa de manera contundente, mediante una omnisciencia invisible para todos.
Y en ese mismo nivel, Foucault destaca
el poder ejercido por los gobiernos absolutos del siglo XVIII, con la
implementación de la Policía como tecnología del poder, cuyos dispositivos
intervienen en todos los ámbitos de la vida social, del cuerpo social,
permitiendo al monarca reconocer todos los detalles que ocurren en la nación y
ejercer el control sobre los mismos y sobre quienes los llevan a cabo.
La enseñanza de las Ciencias Camerales
Federico Guillermo I de Hohenzollern, rey en Prusia entre 1713 y 1740, creó las primeras cátedras académicas en Ciencias Camerales; esto fue en las universidades prusianas de Halle y Frankfurt de Oder en 1727. Su propósito fue la formación de profesionales en Economía, Policía y Cameralística, con lo cual, paulatinamente, se fueron incorporando en las labores de gobierno a servidores públicos dotados con competencias para un ejercicio profesional del servicio público.
La organización académica de las Ciencias Camerales se constituyó en esta primera época por las disciplinas de Economía, Policía y Cameralia. Para el siguiente siglo, y en correspondencia a los desarrollos del conocimiento y de la evolución del contexto material social, estas disciplinas se transformaron en Comercio, Policía y Finanzas, respectivamente.
Así, de manera precisa, en una perspectiva teórica, el Cameralismo o Cameralia se constituyó en el estudio de las finanzas públicas. Como disciplina, se complementó con el análisis de la Economía y la Ciencia de la Policía.
Estos estudios pronto se propagaron a otras universidades germánicas. Surgieron entonces los primeros tratadistas y sus obras. En una primera etapa destacan grandes pensadores como Simon Peter Gasser, Justus Christoph Dithmar, Frederich Ulrich Stisser, George Heinrich Zincke y Karl Gottfried Fürstenau.
Una segunda generación de estos intelectuales la conformaron preclaros pensadores como George Heinrich Zincke, Daniel Gottfried Schreber, Joachim George Darjes, Johann Heinrich Gottlob von Justi y Joseph Freiherr von Sonnenfels.
Estos dos últimos son para muchos estudiosos los más conspicuos aportantes a la teoría Cameralísitca en sus diferentes especialidades y, en particular, en relación con la Ciencia de la Policía. Sus aportaciones siguen siendo material de consulta para comprender la doble naturaleza de la acción gubernamental: la fortaleza Estatal y el bienestar de sus súbditos, como lo precisó Von Justi; también para el correcto análisis y la debida aplicación de los programas demandados para el embellecimiento de las ciudades y la cultura de los campos; o bien para hacer más industriosos los sectores productivos, o, por otro lado, fomentar el bienestar social de la población.
Propagación hasta el siglo XIX
Si bien el Cameralismo se circunscribe a un tiempo y espacio específicos, sus ideas siguen siendo atractivas para quienes estudian al gobierno y ponen en práctica sus planteamientos de cómo lograr buenos gobiernos y cumplir con los cometidos para los que sirven.
Como hecho histórico, el Cameralismo constituye un campo de conocimiento aún vigente. Incluso, sus desarrollos teóricos y prácticos siguen siendo contrastados con las ideas y políticas de acción de los gobiernos contemporáneos.
En el plano económico, es el antecedente de la moderna Ciencia Económica, incluso de la Economía Política impulsada por Smith y Ricardo. En materia financiera, sus esquemas contables sirven de parangón con aquellos instrumentados en países del norte europeo.
Se le estudia en Europa, lo mismo que en Estados Unidos y en Latinoamérica. Autores de origen asiático también continúan reflexionando al respecto.
Diversos temas de interés de la Ciencias Sociales se abordan en los viejos textos cameralistas con el propósito de dar sentido a lo que acontece en la actualidad, tales como el intervencionismo estatal, la visión sistémica del desarrollo social y económico, las prácticas de la gestión administrativa, los programas de bienestar social, el impulso a las actividades del campo y el cuidado del medio ambiente, los desarrollos urbanísticos, el comercio internacional, la seguridad pública, los procesos migratorios, los males sociales y la pobreza, el sentido ético y profesional de la conducta de los servidores públicos, entre otros.
Los Cameralistas forman parte del grupo de intelectuales clásicos de la Administración Pública y de otras ciencias. A ellos debemos acudir de vez en vez; aprovechar sus enseñanzas y rescatar aquello que nos sea útil para brindar el mejor servicio a la sociedad.
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