domingo, 27 de diciembre de 2015

Sobre el análisis prospectivo

AOA. Clones. 2014
 
Hermosillo Sonora, Diciembre 27 de 2015.
 
La prospectiva puede ser definida como una disciplina, o más bien un ejercicio de reflexión acerca del futuro, considerado como múltiple, y de las estrategias que determinan la acción para alcanzarlo.
 
Como apunta el español Juanjo Gabiña, la prospectiva se trata de una “reflexión antes de la acción”, una reflexión “que nos permite anticiparnos y preparar las acciones, precisamente, con menores dosis de riesgo e incertidumbre” (en Godet, 1995: XVII). Se suma a ello lo que Michel Godet plantea acerca de que “En el origen de la prospectiva se encuentra un postulado de libertad frente a múltiples e indeterminados futuros.” (Godet, 1995: 1)
 
Considerando que el futuro se construye, este proceso requiere de un ejercicio de la libertad, del poder, la voluntad y el desarrollo de la imaginación y creatividad (Montero, 2014: 117-128). Ante la inmediatez del corto plazo, la comprensión del futuro y la prospectiva plantean la posibilidad de configurar una visión de futuro que permita gestionar la incertidumbre y alcanzar objetivos u metas con un rango pertinente de racionalidad.
 
Etimológicamente proviene del verbo en latín “prospicere”, que significa mirar a lo lejos desde lejos, algo delante de uno.
 
Michel Godet (1983) considera que la prospectiva es una “ciencia de la acción” contraria a toda predicción fatal del futuro. El diseño prospectivo, según el científico francés, tiene su origen en la luz que emana el futuro, la cual sirve para iluminar la acción del presente; su metodología se fundamenta en la exploración de múltiples e inciertos futuros, y en la adopción de una visión integral y sistémica.
 
La prospectiva, agrega Godet, desafía a la sabiduría convencional; en ese sentido, se le concibe como un proceso de creatividad de escenarios con base en información a la que se considera que no es neutral, como tampoco lo es la previsión de los escenarios que resultan del análisis prospectivo.
 
AOA. Composición cromática. 2014
 
La racionalidad de la prospectiva, por lo tanto, se estructura en términos no sólo cuantitativos, pues valora ampliamente los factores cualitativos que rodean a la reflexión y la acción humana presentes en la estrategia de los diversos actores que interactúan en la vida social. En la práctica de la prospectiva, se asume como principio el opta por el pluralismo y la complementariedad de los enfoques.
 
Considerando estos aspectos, puede apuntarse que la prospectiva no es lo mismo que la planeación tradicional que conocemos y que se configura teniendo como base lo ocurrido en el pasado para proyectar las variables históricas y establecer pronósticos; el análisis de prospectiva es un proceso de planeación que se ubica en el futuro, en lo que queremos ser para después trazar la estrategia y acciones de táctica necesarias para alcanzar el escenario del cual partimos.
 
La prospectiva no desdeña el análisis del pasado y del presente, por lo contrario, éstos son elementos necesarios para definir el diagnóstico mediante el cual reconocemos lo que somos y que sirven como punto de partida para evaluar las fortalezas y debilidades, las oportunidades y posibles obstáculos que podemos encontrar en nuestro accionar; sin embargo lo relevante en la prospectiva son los escenarios futuros de nuestra perspectiva, lo que sirve de guía para trazar la estrategia y buscar la mejor combinación del elemento humano y otros recursos necesarios para alcanzar nuestros propósitos.
 
La prospectiva es proactiva y creativa. Proactiva en el sentido de que busca ir delante de los hechos, de que se anticipa y prevé situaciones con el fin de responder a las demandas que se le presentan a nuestro sistema social, en este caso, la prospectiva es relevante para anticipar las demandas sociales que los Ayuntamientos podrían enfrentar como resultado de la dinámica social de sus comunidades.
 
Por otro lado, se concibe como creativa en la medida que no se circunscribe a la percepción de una sola visión del futuro, sino que al entender que el futuro es diverso, entonces, a distintos posibles escenarios futuros corresponden diversas formas de atención, es más, frente a un posible escenario se pueden presentar diversas alternativas de acción, considerando el comportamiento esperado de las variables incidentes o de los actores participantes.
 
Generalmente se ha considerado que la acción gubernamental es reactiva y de corto alcance, tales rasgos representan un reto complejo para la prospectiva, cuya orientación debe centrarse en los compromisos con la sociedad a la que se sirve y en cumplir con propósitos de interés público, es decir, en razón del sentido propio de la acción del aparato de gobierno, la cual, por naturaleza, se caracteriza por asumir una visión integral, donde el corto plazo estratégicamente se alinea con el largo plazo.
 
La característica anticipadora de la prospectiva implica que el presente está en razón del futuro, que lo que hemos de construir debe considerar lo que queremos ser, teniendo como referentes lo que somos y lo realizado. La prospectiva no sólo reconoce la racionalidad formal-instrumental referida a la calculabilidad de medios y procedimientos, también, da reconocimiento fundamental a la racionalidad de acuerdo a fines y de acuerdo a valores. En este tenor, por ejemplo, si nos referimos al municipio y su gobierno, pueden esbozarse preguntas tales como:
 
  • ¿Qué queremos de la vida municipal en nuestro país?
  • ¿Cómo debemos actuar en un marco de vida civilizada y democrática?
  • Desde el gobierno, ¿qué estrategias y qué estilo de gobierno tenemos que desarrollar para alcanzar los objetivos de la administración pública en términos de lograr bienestar y desarrollo de la sociedad, y lograr, también, aquellos de índole política que se refieren a las condiciones de gobernabilidad de las fuerzas sociales y la legitimidad del cuerpo administrativo y político gobernante?

El futuro hay que construirlo, el futuro es la razón del presente. Lo que queremos condiciona nuestra acción y motiva la verificación de determinadas conductas. Sin embargo, el futuro no puede ser previsto a ciencia cierta, ni se puede pensar que exista un futuro único. Resulta conveniente prever varios futuros, partiendo tanto de las condiciones presentes y de lo ya acontecido, como de aquello que, como seres teleológicos, pretendemos construir.
 
Gastó y Ahumada (2005: 13) señalan que, en el marco de una visión global, sistémica, dinámica y abierta, la prospectiva se propone explicar posibles futuros, mediante el estudio de los datos del pasado y el presente, así como de las posibles evoluciones de las diferentes variables cuantitativas y cualitativas del fenómeno en cuestión. De esta suerte, estos autores reconocen (Ibíd.), siguiendo a Gavignan y Scapolo, que la prospectiva reclama el concurso de tres campos de análisis: el de los estudios de futuro, la planeación estratégica y el análisis de las políticas públicas. En el primer campo se va de una perspectiva de lo predictivo, pasivo y extrapolativo hacia otra que considera lo exploratorio, activo y constructivo; en el campo de la planeación estratégica se pasa de la visión racionalista a la evolutiva y contingencial; en tanto que en el ámbito del análisis de políticas públicas, se concibe el paso de un ámbito de poca participación a otro altamente participativo.
 
En cuanto a los tipos de futuro que podemos vislumbrar, Miklos y Tello consideran tres: el deseable, el probable y el posible. El futuro deseable es concebido como “la expresión de un estado de cosas que se ambicionan porque reflejan nuestras aspiraciones y valores” (2007: 52); el futuro probable deviene del estado de cosas existentes, es decir, los eventos futuros son resultado de la tendencia de condiciones pasadas que se observan en el presente y que probablemente continuarán si no se incide en ellos; por su parte, el futuro posible resulta de la acción y esfuerzo que imprimamos para alcanzarlo, su viabilidad “…afirma que contamos con el poder suficiente para llevar a cabo aquello que ambicionamos; que está al alcance de nuestros conocimientos, los cuales diestramente orquestados darán como resultado el logro de la imagen propuesta.” (Ibíd.)
 
AOA. Espiral. 2014
 
Es conveniente reiterar, con relación a la prospectiva: los futuros son múltiples y las condiciones del sistema que se estudie puede recibir diferentes lecturas. También, es importante tener siempre presente los beneficios que derivan de una planeación prospectiva y el proceso que ella implica; como lo destaca Guillermina Baena, a diferencia de la planeación tradicional, en la prospectiva:

 “…se determina primero el futuro deseado, creativamente y libre de restricciones, y se diseña; el pasado y el presente no se consideran como restricciones, sino hasta un segundo momento cuando se tiene la imagen del futuro deseado y se exploran cuáles serían los futuros factibles. De ahí seleccionamos el más satisfactorio. Todo el proceso debe darse de manera muy creativa y con gran imaginación. (…) En la planeación prospectiva el proceso, más que el producto, es el importante.” (Baena, 2004: 47)

 
Fuentes:

Baena Paz, Guillermina. 2004. Prospectiva Política. Guía para su comprensión y práctica. México: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Proyecto PAPIME / Dirección General de Personal Académico.
Gastó C., Juan, Néstor Ahumada G., et al. 2005. Prospectiva y construcción de escenarios para el desarrollo territorial. CUADERNO 3. Fundación Eduardo Frei. Santiago de Chile: Impresión Gráfica Funny S. A.
Godet, Michel. 1995. De la Anticipación a la Acción, Manual de Prospectiva y estrategia. Una disciplina intelectual. México: Ed. Bouxareu. Alfaomega-Marcombo.
Godet, Michel. 1983. Sept idées-clés. Futuribles analyse et prospective No. 71, Noviembre 1983. Consultado en el Portal La prospective “Pour penser et agir autrement”.  Mémoire de la prospective. Ouvrages et textes fondamentaux de la prospective. Articles fondamentaux Futuribles sur la méthodologie. http://www.laprospective.fr/dyn/francais/memoire/autres_textes_de_la_prospective/articles_futuribles/futuribles-71-1--sept-idees-cles.pdf.
Miklos, Tomás y María Elena Tello. 2007. Planeación Prospectiva: una estrategia para el diseño del futuro. México: Centro de Estudios Prospectivos de la Fundación Javier Barros Sierra, A. C. y Editorial Limusa.
Montero Olivares, Sergio. 2014. Una visión prospectiva de la administración pública par a la sociedad mundial al 2050. Toluca, Edo. de México: Instituto de Administración Pública del Estado de México, A. C.
 

 
 

El Desarrollo Organizacional en el ámbito gubernamental

AOA. En perspectiva. 2015.
 
Hermosillo Sonora, Diciembre 27 de 2015.

En los últimos años el enfoque empresarial permeó más en el ánimo de intelectuales y practicantes de la administración pública. Los tres ámbitos de gobierno han sido el escenario en donde conceptos como el cliente, la calidad, los resultados de gestión, la responsividad, el mercado, entre otros, junto con prácticas administrativas como la planeación y la gestión estratégicas, la reingeniería, el desarrollo organizacional, la gestión por resultados, la calidad total, etc., se convirtieron en materia de discusión y aplicación cotidianas con miras a resolver los problemas internos de las oficinas gubernamentales y dar respuesta a los ciudadanos que, convertidos en clientes, reclamaban un servicio público de calidad.
 
En un principio el interés de la práctica de la Nueva Gestión Pública (NGP) tuvo, entre sus objetivos, la preocupación por las estructuras, procesos y funciones de las oficinas del gobierno: además de buscar introducir la forma de pensar y actuar propias de las empresas privadas, la racionalidad de estos aspectos organizacionales se tornó en un motivo para buscar la productividad y calidad de los servicios públicos.
 
Sin embargo, con la aplicación de estas prácticas en organizaciones con fines diametralmente opuestos a los del sector privado, el interés por los resultados de la gestión gubernamental y su impacto social ha venido a sumarse a los propósitos fundamentales de la NGP. De esta manera se da Importancia tanto los aspectos internos de la organización, como la satisfacción de la clientela del gobierno.
 
La alternancia en el poder y la presencia de los gobiernos panistas en gubernaturas y al frente de diversos ayuntamientos en el país dejó ver la introducción de una de las estrategias administrativas considerada exitosa en el ámbito de los negocios privados: el Desarrollo Organizacional. Gobiernos del Partido Revolucionario Institucional también ya habían experimentado ejercicios aislados de esta estrategia en organismos descentralizados.
 
Más allá de los cambios estructurales y operativos inducidos por los procesos de modernización administrativa estatal, el Desarrollo Organizacional privilegia el establecimiento de un clima organizacional y laboral que ayude en la concreción de las acciones operativas de los procesos; entonces, se centra la operación organizacional en los dos grandes sistemas que la componen (Achilles de Faria Mello, 1991), el técnico-administrativo y el psico-social o de comportamiento humano, de manera que se alcancen los dos grandes objetivos del desarrollo organizacional, la eficacia en cuanto a los resultados alcanzados medidos en relación a los objetivos y metas preestablecidos, y la salud de la organización con base en los criterios de adaptabilidad para la solución de problemas, el sentido de identidad de la organización y sus miembros respecto a las especificaciones estratégicas, la capacidad de percepción de las condiciones reales de la organización y su entorno, grado de integración en torno a la estrategia organizacional, el balance y coordinación en el trabajo y de éste con los propósitos fundamentales que mueven a la organización.
 
 
Por su parte, el neoinstitucionalismo aun cuando conviene en el cambio en las instituciones, sin embargo reconoce que la transformación intencional o deliberada de las mismas es problemática. En espacios democráticos, las diferentes posiciones de los actores políticos provocan la discusión y el debate en términos del contenido y orientación de tales cambios; si bien el cambio de las instituciones políticas como resultado del debate legislativo puede resultar lento, de largo plazo y en muchos casos desgastante, se reconoce que el cambio en los cuadros administrativos y el quehacer del aparato gubernamental es más propenso a alcanzar resultados más inmediatos y positivos.
 
March y Olsen (1997) consideran que el cambio en las instituciones complejas supone una serie de acciones y reacciones que deben calibrarse a fin de entender sus últimas consecuencias. En este sentido, creen que las instituciones constituyen entramados de tres sistemas: el individual y de las organizaciones, el de la institución misma y el de su entorno. La combinación de estos sistemas y sus efectos requieren de su valoración, de esta manera, resulta necesario hacer comprensible las intenciones, deseos y aspiraciones de los individuos y los de las organizaciones en que participan aquellos; se requiere determinar la manera en que inciden en la estabilidad o en el cambio institucional; y, teniendo en cuenta la persistencia de las instituciones, comprender la manera en que al interior de las organizaciones éstas se han arraigado y cómo el contexto ambiental determina su estabilidad o propensión al cambio.
 
En su relación con otras organizaciones gubernamentales, además de los efectos que se generan en la acción del gobierno municipal como producto de la colaboración intergubernamental, también se pueden apreciar relaciones de influencia mutua en lo relativo a su desarrollo institucional. De esta manera se percibe el cambio institucional y organizacional en términos del cambio institucional de tipo isomorfo, característico de las organizaciones burocráticas; en el isomorfismo se identifican tres mecanismos (DiMaggio y Powell, 1983), el primero conocido como coercitivo, otro sería el mimético y el tercero el normativo.
 
En cualquiera de las circunstancias en que opere el cambio institucional y organizacional, sea de forma exógena como endógena, los miembros que integran la organización afectada deben precisar una estrategia que ordene y sistematice las acciones para lograr los propósitos de la mejora administrativa. Hay que reconocer en principio que el cambio puede, incluso, involucrar simultáneamente factores conducentes al cambio (Salinas, 1980) que proceden del exterior como del interior de la organización gubernamental.
 
En este sentido, conviene recordar que el Desarrollo Organizacional es un proceso de cambio planeado en sistemas socio-técnicos abiertos, tendientes a aumentar la eficacia y salud de la organización para asegurar el crecimiento mutuo del organismo y sus empleados (Achilles de Faria Mello, 1991).
 
Se puede agregar que en el proceso de innovación institucional y organizacional, se han de considerar diferentes niveles en donde se definan estrategias alternativas de investigación para su desarrollo, así como la especificación de criterios para la evaluación de su implementación y el éxito de sus resultados. Es posible reconocer cuatro niveles básicos en los que se pueden estimular y llevar a cabo innovaciones requeridas para mejorar la organización y operación gubernamental (Cabrero Mendoza, García del Castillo y Mendoza, 1996): el nivel funcional, tendiente a introducir nuevas tareas y procesos que permitan nuevos sistemas de gestión para lograr combinaciones más eficientes en el manejo de recursos, la elevación de la productividad, reducción de costos, mayor calidad y una cobertura más amplia en servicios; el nivel estructural, orientado a promover mejoras de las formas organizativas y al marco regulatorio de la administración pública; el nivel comportamental, cuyo interés se centra en la generación de nuevas actitudes, valores y arreglos orientados a construir un nuevo clima organizacional y establecer prácticas de carácter consensual entre los servidores públicos; y el nivel relacional, centrado en la manera en que se dan las nuevas formas de relación entre el gobierno y la sociedad.
 
AOA. Corteza. 2014
 
La NGP irrumpió como un modelo alternativo en el proceso de gobierno, haciendo énfasis en una serie de cambios internos al aparato administrativo del Estado. Su presencia, sin embargo, difícilmente se ha asentado en el espacio gubernamental ya que no se han desarrollado las capacidades institucionales y administrativas que permitan concretar los principios y prácticas características de dicho modelo.
 
Como expresión de una nueva cultura organizacional, se le ha manejado como una moda. En el plano intelectual, los planteamientos teóricos que la integran requieren apuntar al desarrollo disciplinario que sirva, como campo específico, a instalarse como un sistema integral y sistemático útil a la comprensión y ejercicio de la organización y acción gubernamental y su relación con la sociedad.
 
Permear al sector público con el espíritu empresarial, en la óptica de transmitir los medios de gerenciamiento de recursos y procesos puede resultar conveniente en términos de la eficiencia y eficacia administrativa. Sin embargo, desde la óptica estatal, los fines públicos deben dar rumbo a la aplicación de tales medios empresariales, buscando la efectividad en los resultados, es decir, brindando a la sociedad los resultados de bienestar y desarrollo esperados.
 
 
Fuentes:

Achilles de Faria Mello, Fernando. 1991. Desarrollo Organizacional. Enfoque Integral. México: Editorial Limusa.
Cabrero Mendoza, Enrique, Rodolfo García del Castillo y Martha Gutiérrez Mendoza. 1996. La nueva gestión municipal en México: Análisis de experiencias innovadoras en gobiernos locales. México: Miguel Ángel Porrúa Grupo Editorial y CIDE, A. C.
DiMaggio, Paul J. y Walter W. Powell. 1983. Retorno a la jaula de hierro: el isomorfismo institucional y la racionalidad colectiva en los campos organizacionales. En W. W. Powell y P. J. DiMaggio. 1999. El nuevo institucionalismo en el análisis organizacional. Colección Nuevas lecturas de Política y Gobierno. Pp. 104-125. México: Fondo de Cultura Económica.
March, James G. y Johan P. Olsen. 1997. El redescubrimiento de las instituciones. La base organizativa de la política. Colección Nuevas lecturas de Política y Gobierno. México: Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, A. C. Universidad Autónoma de Sinaloa y Fondo de Cultura Económica.
Ordaz Alvarez, Arturo. 2010. La Gestión Pública Municipal. Estudio sobre las Capacidades Institucionales y Administrativas en el Ayuntamiento de Hermosillo Sonora. 2006-2009. México: Universidad de Sonora.
Salinas Alberto. 1980. La Reforma Administrativa. Un enfoque de desarrollo organizativo y administración para el cambio. México: Fondo de Cultura Económica.

La Planeación estratégica y la acción de gobierno

AOA. Esculturas de Alfredo Velarde. 2015.
 
Hermosillo Sonora, Diciembre 27 de 2015.

En los primeros años de la década de los ochenta, bajo el impulso de un nuevo estilo gubernamental centrado mayormente en la renovación moral, la reconversión industrial y la racionalidad económica en los actos de gobierno, se planteó modificar la base institucional para la organización y funcionamiento del gobierno y la manera en que se regularían las condiciones de operación de la economía mixta. En este sentido es que se dieron las reformas constitucionales a los Artículos 25, 26, 27, 28 y 115 de la carta fundamental del país.
 
El marco de las relaciones intergubernamentales fue modificado al institucionalizarse el papel del Estado como rector del desarrollo nacional con atribuciones en materia de planeación, conducción coordinación y orientación de la actividad económica nacional, mediante la estructuración del sistema de planeación nacional y los esquemas de coordinación entre los tres órdenes de gobierno, así como las relaciones de éstos con los sectores social y privado del país, los estados y municipios.
 
Con este esquema sistémico de planeación, se pretendía establecer nuevas formas de ordenación y racionalidad en las decisiones y actuación del gobierno, revertir el centralismo característico del federalismo mexicano y la apertura de vías formales para el diálogo entre gobernantes y gobernados. Técnicamente, y de manera paulatina, se fueron sumando al quehacer gubernamental estrategias e instrumentos exitosos en la administración de negocios; dependencias y organismos del sector paraestatal experimentaron los primeros ejercicios de la planeación estratégica (desde los setenta estos influjos se empezaron a notar en estos espacios).
 
Sin embargo, el sistema de planeación promovió el desarrollo de una nueva cultura organizacional en el gobierno, al incorporar dos elementos que venían a modernizar la administración pública y su relación con los gobernados: el diseño, instrumentalización y práctica del plan de desarrollo, por una parte, y la apertura de vertientes de participación en el diseño, implantación y seguimiento de las acciones de gobierno contenidas en el plan.
 
En este contexto, la construcción de una agenda planeada del gobierno resulta de los procesos institucionales que llevan a diseñar diferentes instrumentos del sistema de planeación gubernamental reconocidos en la constitución del país y en las respectivas de las entidades federativas. Se puede afirmar que su concreción formal es el plan de desarrollo. Su objetivo radica en la racionalización de las decisiones y acciones del gobierno, brindando atención a los problemas de interés público. Esta agenda involucra dimensiones de diversa naturaleza en su confección (Gráfico 1), teniendo en cuenta que esta concurrencia de diversos elementos sirve de base para su definición objetiva e integral.
 
 
A lo largo de la década de los noventas se hicieron expresas las intenciones de impulsar una nueva forma de hacer gobierno mediante la incorporación de prácticas del mercado en el quehacer de las organizaciones del Estado. Con el fin de promover la productividad y estabilidad económica del Estado reformado, se elevó la propuesta, de manera más firme, de incorporar las prácticas administrativas de la iniciativa privada al interior de las oficinas de gobierno.
 
México vivió durante el sexenio 1982-1988 el relevo generacional con la presencia de nuevos políticos que fueron adjetivados como tecnócratas y/o neoliberales; tocó a ésta y a las dos subsecuentes administraciones emanadas del Partido Revolucionario Institucional promover y poner en práctica las grandes transformaciones de la etapa exoprivatizadora, en tanto que durante el sexenio del primer Presidente surgido de las filas del Partido Acción Nacional se abrieron francamente las puertas para la introducción de la nueva cultura de gestión pública.
 
Vivencias transformadoras ya se habían experimentado con la dinámica de la alternancia del poder en las entidades federativa, poniéndose en práctica nuevos estilos y métodos de gestión (Cabrero Mendoza et al., 1996), que van desde la apertura hasta la participación ciudadana en programas de gobierno, pasando por la tecnologización de procesos y la incorporación de prácticas administrativas de los negocios privados, como el Desarrollo Organizacional y la Planeación Estratégica.
 
El nuevo Sistema Nacional de Planeación Participativa, quedó explícito en el Plan de gobierno del periodo 2001-2006. A fin de apoyar la operación continua y eficaz de la administración pública, el sistema contemplaba tres grandes procesos: la planeación estratégica (fundamento del sistema), el mejoramiento organizacional (mediante la modernización de estructuras, procesos y proyectos) y el seguimiento y control (para correcciones y ajustes de programas).
 
En la primera parte de dicho documento se presentó la evaluación de las condiciones del gobierno y del entorno del país, definiendo sus propósitos generales a partir de la estructura convencional de la planeación estratégica: la visión del país a 25 años, la misión del gobierno, los principios conductuales para el desarrollo de las funciones de gobierno (desagregados en tres postulados: humanismo, equidad y cambio; en cuatro criterios para el desarrollo nacional: inclusión, sustentabilidad, competitividad y desarrollo regional; y en cinco normas básicas de acción gubernamental: apego a la legalidad, gobernabilidad democrática, federalismo, transparencia y rendición de cuentas) y, guiados por estos principios, los programas, proyectos y acciones del gobierno.
 
El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 siguió el mismo enfoque en su elaboración. Si bien apuntaba que respondía a las disposiciones constitucionales y de la Ley de Planeación y al Sistema Nacional de Planeación Democrática, su configuración partió del establecimiento de una estrategia para lograr la visión del país a 23 años.
 
Sustentado en una visión de futuro, pretendía fomentar el cambio de actitud e impulsar un ejercicio de planeación y prospectiva que ampliara los horizontes de desarrollo. Lo singular de este plan es que definió al Desarrollo Humano Sustentable como premisa para el desarrollo integral del país en el largo plazo. Considerando la visión y la premisa básica del desarrollo, a partir de ambos se fijaron los cinco ejes rectores de la política pública, los objetivos nacionales, las estrategias generales y las prioridades de desarrollo propuestos en los programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales.
 
El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, teniendo al Partido Revolucionario Institucional de nuevo al frente del Poder Ejecutivo, ha retomado el esquema tradicional del Sistema Nacional Democrática. En su contenido, sin embargo, se conservan determinados términos y elementos de análisis diagnóstico que recuerdan la perspectiva estratégica, tales como la visión general, el aprovechamiento de oportunidades para el desarrollo y las limitantes para este proceso.
 
AOA. Estructura. 2015.
 
La práctica de la planeación estratégica se ha generalizado, enriqueciendo los planteamientos originales del Sistema de Planeación. Los gobiernos de las entidades federativas también la han implementado, y se ha ido más allá, hasta el ámbito de gobierno municipal. Para ello no ha sido obstáculo el hecho de que estos gobiernos procedan de filiaciones partidistas diferentes.
 
El manejo de la planeación estratégica no ha dependido del partido político que gobierna, se ha visto que es un medio empleado en planes de gobiernos estatales y municipales encabezados por funcionarios provenientes de diversos partidos políticos. Como lo señala Mauricio Merino (2006), a medida que la gestión municipal se ha vuelto más compleja, es cierto que se vuelve necesaria la incorporación de técnicas modernas propias de la Nueva Gestión Pública y de nuevas estructuras técnicas, pero también es imprescindible el desarrollo de nuevas actitudes, convicciones e identidades de los servidores públicos con estas nuevas prácticas, e incluso, agregaríamos, con las prácticas de la administración convencional, como la planeación del desarrollo.
 
 
Fuentes:

Cabrero Mendoza, Enrique, Rodolfo García del Castillo y Martha Gutiérrez Mendoza. 1996. La nueva gestión municipal en México: Análisis de experiencias innovadoras en gobiernos locales. México: Miguel Ángel Porrúa Grupo Editorial y CIDE, A. C.
Merino, Mauricio (Editor). 2006. La gestión profesional de los municipios en México. Diagnóstico, oportunidades y desafíos. México: CIDE, A. C.
Ordaz Alvarez, Arturo. 2010. La Gestión Pública Municipal. Estudio sobre las Capacidades Institucionales y Administrativas en el Ayuntamiento de Hermosillo Sonora. 2006-2009. México: Universidad de Sonora.
 
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
Planes de Desarrollo 1982-1988, 2001-2006, 2007-2012, 2013-2018

miércoles, 23 de diciembre de 2015

El amor victorioso de Michelangelo Merisi da Caravaggio

Omnia vincit Amor: et nos cedamus Amori
Publius Vergilius Maro
Eclogae vel bucolica/Ecloga X. 41-37 a. C.

Caravaggio. El amor victorioso Amor Vincit Omnia. 1602. Óleo sobre lienzo. 156 × 113 cm.
Gemäldegalerie de Berlín, Alemania.
 
Hermosillo Sonora, Diciembre 23 de 2015.

De acuerdo con el acucioso estudio de John y Michèle Spike (2001: 121-126), esta magnífica obra fue pintada para Vincenzo Giustiniani en Roma. En 1812 se vendió con la colección Giustiniani en París a D'Est y Bonnemaison y posteriormente, en 1815, fue adquirida por el Kaiser Friedrich Museum de Berlín.
 
Los mismos autores recuperaron el inventario de la colección de Vincenzo Giustiniani, fechado el 9 de febrero de1638, en donde se consigna: «"En la gran galería de viejas Pinturas... n. 9 Una pintura de un Cupido sonriente, en el acto de menospreciar el mundo, debajo de él diversos instrumentos, coronas, cetros, y armas, es famoso por ser el Cupido de Caravaggio, en el lienzo, ​​7 palmas alto, 5 de ancho, con un marco de nogal dorado" (ASR, Archivio Giustiniani, Busta 10; Salerno 1960, pp. 135 n. 9).» (Spike, 2001: 122).

 Caravaggio. El amor victorioso Amor Vincit Omnia. 1602. Detalle.
 
Giustiniani fue un noble, banquero por tradición familiar, quien junto con su hermano el Cardenal Benedetto fueron reconocidos mecenas en Roma. Alrededor del año 1600 se convirtió en el protector de Caravaggio, llegando a contar con un inventario de 15 obras del insigne artista.
 
Siguiendo a Franca Trinchieri (1991: 217), se infiere que el interés de Giustiniani por el Amor Vincit Omnia probablemente se debe al gusto e inclinación del mecenas por la música, presente en los instrumentos a los pies del cupido. Lo cierto es que aunque la colección Giustiniani contaba con obras magníficas como La incredulidad de Santo Tomás y la primera versión de San Mateo y el ángel, el cuadro de El amor victorioso tenía un lugar preponderante en la galería Giustiniani, como lo consignó el historiador y artista alemán Joachim von Sandrart en 1675 (huésped de Giustiniani entre 1629 y 1635):
 
«Caravaggio pintó para el comerciante Marqués Giustiniani un Cupido de tamaño real como un joven de unos 12 años de edad, sentado en un globo, y elevando su arco en su mano derecha. A su izquierda se encuentran varios instrumentos, un libro para los estudios, una corona de laurel. El Cupido tiene las alas de color marrón de un águila. Todo es preciso y claramente diseñado con colores brillantes y una tridimensionalidad que se aproxima a la realidad. Esta pintura se encontraba entre otras 120 en la galería de los artistas más célebres. Pero, no recuerdo mal, que estaba cubierta con una cortina de seda de color verde oscuro, y se encontraba al final, después de todas las demás, para evitar eclipsar las otras obras.» (En Spike, 2001: 123).
 
El amor victorioso, obra de la madurez estética de Caravaggio, es un buen ejemplo del nuevo estilo, del Barroco. Pintado de cuerpo entero y a tamaño natural, el artista no presenta un adolescente en el papel de Cupido, del Amor, que se revela sin tapujos mostrando su desnudez, y por encima de todo poder terrenal. Se trata de un Dios antiguo, no del Dios que pregona el catolicismo imperante.
 
Caravaggio lo ha pintado teniendo a sus pies los símbolos de la milicia, de las artes y la ciencia, también ha colocado en un lugar secundario la corona y el bastón de mando representativos del poder real. El cartabón y el compás que simbolizan la ciencia, cabe apuntar, también representan la creación divina, un riesgo que corre el pintor si se toma en cuenta, como en el caso de los símbolos reales, la alusión a los dos grandes poderes que en esos años implacablemente disponían de la vida del pueblo.
 
 Caravaggio. El amor victorioso Amor Vincit Omnia. 1602. Detalle.
 
La desnudez del Amor atenta contra el decoro promovido por los principios de la Contrarreforma. Que prevalezca sobre cualquier poder conocido en la tierra sólo da reconocimiento a su estatus divino, otro elemento contrario al credo de la Iglesia de esa época. Pero se trata de un joven que está cercano al observador, tanto por la manera que fue pintado, con la luz que lo hace más vital, como por lo familiar que resulta y la importancia que el amor tiene en la vida de cualquiera persona.
 
Fuentes:

Spike, John T. 2001. Caravaggio. With the assistance of Michèle K. Spike. China: Abbeville Press.
Trinchieri Camiz, Franca. 1991. “Music and Painting in Cardinal Del Monte's Household”. En Metropolitan Museum Journal. Volume 26/1991. Editorial Board. New York: Stinehour Press. Pp. 213-226.

Michelangelo Merisi da Caravaggio

Caravaggio, Baco enfermo. Oleo sobre lienzo. 1593-1594. 66 × 52 cm. Galería Borghese. Roma, Italia. (Autorretrato).
 
Hermosillo Sonora, Diciembre 23 de 2015.

Michelangelo Merisi Aratori nació en el pueblo de Caravaggio, provincia de Bérgamo, en la región de Lombardía, al norte de Italia. Existen dudas de la fecha de su nacimiento, pues se le ubica en 1571 y otros dicen que nació en 1573. König (2000: 12), aun cuando asume como referencia los epitafios que redactó Marzio Milesi, amigo de Caravaggio, en donde apunta la edad en la que murió el artista, lo que indica que habría nacido el 28 de septiembre de 1573, considera que ante la ausencia del registro bautismal o civil se pueden considerar otras fechas como la de haber nacido en octubre de 1571, incluso de no haber nacido en Caravaggio, sino en Milán, a donde fueron a vivir sus padres una vez que hubieron contraído nupcias.
 
Siendo aún muy joven, hacia 1589 Caravaggio se traslada a Roma, reconociéndose ya como «…genio precoz, que no tuvo que hacer más que afirmarse, dar en gran escala y con intensa convicción lo que habría descubierto siendo todavía un muchacho.» (Pijoán, 1957: 10) Ya entonces se definía a sí mismo como un Valentuomo, es decir, «…el que sabe pintar bien, imitando sin miedo la naturaleza.» (Ibíd.: 12) Y pintar a la manera de Caravaggio, aprendiendo de la naturaleza, de la cual toma aquello que sirve para documentar y expresar en su obra, incluso al pueblo llano, incluso cuando a éste lo presenta como el personaje central de alguna escena religiosa.
 
Caravaggio. Descanso en la huida a Egipto. Óleo sobre lienzo. 1597. 133.5 × 166.5 cm. Palazzo Doria Pamphili. Roma, Italia.
 
La obra de Caravaggio se distingue ya de la producción de sus contemporáneos y antecesores manieristas; Bayón propone que con el artista Lombardo ocurre un nuevo enfoque de la realidad desde el punto de vista estético, dice que «…la lucidez implacable de Caravaggio, ese ojo todopoderoso y sin embargo capaz de visión unitaria y no de mero detalle curioso, tenía que hacerlo de una brutal novedad, difícil de admitir por los círculos romanos que mandaban e influían en el gusto. No obstante, esta afirmación se presenta, al principio, como un problema lleno de matices.» (Bayón, 1979: 41).
 
En Roma, Caravaggio se prestigia por su obra. Ésta es cotizada por agrupaciones religiosas como por particulares. Hacia 1595 fue acogido por el Cardenal Francesco del Monte, cuyo interés por la ciencia y el arte motivó dar protección al joven pintor; para Del Monte, dice König (2000: 12), Caravaggio pintó los cuadros: Los tramposos, La buenaventura y El tañedor de laúd, además de apoyarlo para recibir el encargo de pintar La vocación de San Mateo y El martirio de San Mateo para la capilla del cardenal Matteo Contarelli en la iglesia de San Luigi dei Francesi de Roma.
 
Caravaggio. Conversión de San Pablo. 1600-01. Óleo sobre lienzo. 230 x 175 cm. Iglesia de Santa María del Popolo. Roma, Italia.
 
De igual manera sirvió a los hermanos Giustiniani, el noble y banquero Vincenzo y el Cardenal Benedetto, reconocidos mecenas de Roma, para quienes el artista pintó 15 obras, entre ellas La incredulidad de Santo Tomás, la pintura de San Mateo y el ángel, así como el cuadro de El amor victorioso.
 
Después de atender el pedido del cardenal Contarelli, apunta König (Ibíd.), el segundo encargo público que recibió Caravaggio provino desde las mismas oficinas papales en 1601, de parte de Tiberio Cerasi administrador de Clemente VIII, para quien pintó los cuadros de La Crucifixión de San Pedro y la Conversión de San Pablo; al siguiente año volvería a pintar para la capilla Contarelli, en este caso para el altar, su pintura de San Mateo y el ángel.
 
Caravaggio. La crucifixión de San Pedro, 1601. Óleo sobre lienzo. 230 × 175 cm.
Cappella Cerasi, Santa Maria del Popolo. Roma, Italia.
 
Posteriormente pintaría en 1603 una Deposición o El entierro de Cristo, para Santa María in Vallicella. En 1605 concluyó la pintura La muerte de la Virgen, la cual fue una encomienda de Laerzio Cherubini, abogado papal, para la iglesia de Santa Maria della Scala.
 
A fines de mayo de 1606, tras una reyerta durante una partida de “pallacorda” Caravaggio huyó de Roma, el sitio donde cobró relevancia su corta trayectoria artística y en donde alcanzó su madurez como artista plástico. Tras una estancia en Nápoles, donde recibió encargos, en 1607 pasó a radicar en el país insular de Malta. Posteriormente vivió en Sicilia, en Siracusa, luego en Mesina y finalmente en Palermo; en esta ciudad fue atacado y herido en la cara.
 
Caravaggio. La Inspiración de San Mateo. 1602. Óleo sobre lienzo. 186 × 292 cm.
Iglesia de San Luis de los Franceses. Roma, Italia.
 
Pigoan sentenció que como un «Artista atrabiliario, intolerante, violento, Caravaggio tenía que acabar mal, y así su vida tuvo un desenlace doloroso.» (Pijoán, 1957: 18) Tras su exilio en el Mediterráneo, y esperando el indulto papal por el incidente que provocó su huida, Caravaggio preparó su regreso a Roma vía Nápoles; en este lugar fue herido, y en ese estado realizó su viaje en balsa a la capital italiana, desembarcando en Porto Ercole.
 
Se dice (Ibíd.: 20) que allí murió de fatiga y hambre, el 18 de julio de 1610, sin embargo, no hay certeza del hecho, pues, como lo apunta Gilles Lambert: «Escandaloso, provocador, inadmisible en vida, Caravaggio lo siguió siendo después de muerto. Como no se encontró su cadáver, algunos pretendieron que había simulado su muerte para zafarse de sus perseguidores.» (Lambert, 2003: 8).

Caravaggio. La muerte de la virgen. 1601 - 1605. Óleo sobre lienzo, 396 x 245 cm. Museo del Louvre. París, Francia.

En un tiempo sumamente complejo y difícil, la obra de Caravaggio emerge como una nueva propuesta estética que rompe con el manierismo prevaleciente y que enfrenta los convencionalismos impuestos por el movimiento contrareformista de la Iglesia Católica.

Caravaggio La incredulidad de Santo Tomás. 1602. Óleo sobre lienzo. 107 x 146 cm. Palacio de Sanssouci. Potsdam, Alemania
 
Al revisar la obra de Caravaggio, John y Michèle Spike (2001) identificaron 99 trabajos autógrafos, de las cuales hay evidencia documental de su autoría, y otras 115 pinturas que se consideran perdidas y que por escritos e inventarios del siglo XVII se identificaron como realizadas por el artista Lombardo. La pintura más antigua que se reconoce producida por la mano de Caravaggio data de 1592, se trata del óleo Muchacho pelando fruta.
 
Considerando que el artista murió en el verano de 1610, y que en el lapso de 18 años pintó más de 200 pinturas, en este caso serían 12 obras por año, podemos comprobar lo que sus contemporáneos destacaban respecto a su compromiso, desde su juventud, con el trabajo cotidiano y asiduo como pintor. Cierto es que se trata de un genio precoz, cuya producción, sin embargo obedece a la perseverancia en la labor artística, sin dejar de considerar sus “deslices” en amoríos, francachelas y conflictos que fueron una constante en su vida.
 
Caravaggio. El prendimiento de Cristo, 1602. Óleo sobre lienzo. 134 x 172,5 cm. Galería Nacional de Irlanda, Dublín.
 
El estilo de Caravaggio, en su tiempo, significó una perspectiva distinta a la tradición renacentista y el estilo manierista imperante; el realismo veraz que se observa en su obra, la incorporación de las luces y las sombras como un componente especial, más allá del efectivismo, le sirve al pintor para presentar, también, la historia precedente al momento que se ha pintado en la escena del cuadro, y enfatizar la deliberación interior de los personajes que intervienen en sus cuadros.
 
Pero, además, lo que el artista italiano presenta en sus pinturas es el concepto que ha acuñado para interpretar la realidad que observa, la cual, si bien se expresa en ese instante, es el cúmulo de las experiencias del artista conjugado con los episodios previos que llevan al instante que pinta y las consecuencias que se desprenderán de ese hecho.
 
Caravaggio. El sacrificio de Isaac. 1603. Óleo sobre lienzo, 104 x 135 cm. Galería Uffizi. Florencia, Italia.
 
Fuentes:

Bayón, Damián. 1979. “Caravaggio y el «Caravaggismo»”. En Historia del Arte, Tomo 8. México: Salvat Mexicana de Eidicones, S. A de C. V. Pp. 39-55.
König, Eberhard. 2000. Michelangelo Merisi da Caravaggio. 1571-1610. Colección Grandes Maestros del Arte Italiano. Oldenburg: Könemann.
Lambert, Gilles. 2003. Caravaggio. 1571-1610. Germany: Taschen-Numen.
Pijoán, José, 1957. “Caravaggio”. Tomo XVI: Arte Barroco en Francia, Italia y Alemania. 1957. En SUMMA ARTIS. Historia general del Arte. Antología. Selección de textos de Miguel Cabañas Bravo. Tomo VII. Arte de los Siglos XVII y XVIII en Europa. Madrid: Espasa Calpe. 2004. Pp. 9-34.
Spike, John T. 2001. Caravaggio. With the assistance of Michèle K. Spike. China: Abbeville Press.